lunes, 26 de junio de 2017

PACTOS DE ALMAS


¿Qué es un pacto de almas si no el encuentro de aquellos que en un momento determinado unen su evolución en un punto del camino?
¿Qué es un pacto de almas si no el momento,  entendido dentro del contexto espacio temporal en el que vuestros egos creen, en el que dos almas colaboran de forma inequívoca para el mutuo avance, el mutuo desarrollo, para avanzar en el camino de la evolución de forma coordinada ayudándose mutuamente.
Antes de encarnar las almas en cierta forma planifican, planean,  diseñan aquello que ha de acontecer, aquellas vicisitudes,  aquellas experiencias que en el camino encontrarán.  Aquellas vicisitudes, aquellas experiencias que en el camino ellas mismas crean para su evolución y continuo aprendizaje .
A la hora de evolucionar todo se coordina, a la hora de evolucionar, de aprender, de experimentar todo aquello que debe ser experimentado para liberar las lecciones que tenemos que liberar,  todo, absolutamente todo, se coordina, la realidad se teje como se teje la tela de una araña, de forma coordinada, de forma imbricada entre uno y otro de tal forma que  nada es aleatorio, que nada es casual, que nada se deja al azar. Es cierto que vuestros egos son incapaces de ver la compleja telaraña que la realidad urde, es verdad que vuestros egos son incapaces de comprender todas aquellas circunstancias y verdaderas experiencias que a vuestro alrededor acontecen. Que son incapaces de comprender la verdadera realidad del mundo que os rodea, un mundo que es espejo de aquello que acontece dentro de vosotros. Sin embargo el alma en su amor y sabiduría infinitos, sí es capaz de comprender, sí es capaz de crear, sí es capaz de diseñar y planificar aquello que ha de acontecer en el camino de esta realidad dual. En ese sentido las almas coordinan sus esfuerzos, para que las vivencias de uno y otros sean vividas de forma compenetrada, de forma coordinada, de forma que sirva a la evolución, al aprendizaje de todas aquellas almas, encarnadas o no, que están involucradas en esa vivencia.
En ese sentido a la hora de vivir, de desarrollar una experiencia dentro de una energía determinada, siempre se coordinan las almas para que puedan vivir esa experiencia desde ambos polos de esa energía. Desde el polo del agresor, pero también desde el polo del agredido.
Cuando necesitamos vivir la experiencia de la energía de la agresión, necesitamos vivirla desde ambos polos,  desde ambos lados por decirlo así. Colocarnos en ambos platillos de la balanza para que seamos capaces de experimentar todo aquello que acarrea, todo aquellas consecuencias,  toda aquella experiencia en su integridad, de tal forma que seamos capaces de comprender de forma cierta, de forma verídica, de forma plena, de forma completa todo aquello que acontece en torno a una energía. Así pues en un momento dado necesitaré ser el agresor para comprender lo que significa ser agresor y vivir la experiencia la energía de la agresión desde ese punto de vista. Pero en otros momentos de mi evolución, en otros momentos de esta realidad encarnada, necesitaré vivirlo desde el polo del agredido, desde el polo de aquél que experimenta la agresión, desde aquel que experimenta esa energía de forma que podríamos llamar pasiva.
 En ambos casos esa experiencia se coordina con otras almas que necesitan vivir esa energía también. Coordinamos así pues nuestros papeles, coordinamos aquél que va a ser agresor y aquél que va a ser agredido, y nunca se deja ninguna experiencia a la aleatoriedad, a la casualidad, a aquello que no está diseñado ni planificado.
El mundo, la realidad física, la realidad espiritual, la realidad dual en la que nos movemos, se planifica de forma perfecta, se teje de forma que nada queda aleatorio, ningún hilo se coloca de forma aleatoria, ningún dibujo, ningún tapiz se teje de forma aleatoria.
Así pues nos coordinamos antes de encarnar para que aquellas experiencias que tenemos que vivir, para que aquellas vivencias, para que aquellas lecciones que tenemos que liberar y desbloquear puedan ser vividas liberadas y desbloqueadas de forma perfecta, de forma coordinada entre las distintas almas encarnadas o no que participan en una experiencia.
Así pues todo aquello que acontece, todo aquello que nos relaciona a unos y a otros, ha sido en cierta forma tejido por todos, ha sido en cierta forma diseñado, planificado en unidad, para que podamos vivir una experiencia desde la unidad, pero también desde la individualidad, desde ambos factores que deben ser tenidos en cuenta en un mundo dual. Y una vez más la unidad y la individualidad se unen en un mundo dual, en un mundo que es material, puramente material, y a la vez espiritual,  puramente espiritual.

En ese sentido una vez más, nuestras experiencias se coordinan para el mutuo aprendizaje y evolución de todos aquellos, de todas las almas encarnadas o no, que viven esa experiencia, que deben, que necesitan aprender y liberar esa lección.

jueves, 15 de junio de 2017

Amor

¿Qué decir de aquellos que nos ofenden? Amadlos.
¿Qué decir de aquellos que no nos aman? Amadlos.
¿Qué decir de aquellos que omiten palabras o acciones que esperábamos? Amadlos.
Amadlos, amadlos, amadlos.
Sólo aquel que ama sin límite, sólo aquel ama de forma correcta. Sólo aquel que ama sin esperar nada a cambio, ama de forma correcta.
No es amor la acción mercantilista en la que yo te doy para que tú me quieras, no es amor la acción mercantilista en la que yo te brindo mi cariño con la confianza de que tú a cambio me brindes el tuyo.
No es amor la acción mercantilista en la que mis gestos de sabiduría, de generosidad o de amor espero que sean correspondidos con gestos iguales o superiores.
Es amor el respeto a la continua evolución y aprendizaje de todos y cada uno de nosotros. Es amor el respeto a la continua evolución y necesidad de experimentar que tienen nuestras almas, una necesidad que en cierta forma es un hambre insaciable y que nos lleva a la continua evolución, que nos lleva al continuo aprendizaje. Esa necesidad de experimentar  para la cual encarnamos se plasma no sólo en gestos de cariño, si no también en palabras hoscas, sin embargo el respeto y el amor hacia esas palabras que pueden ser hoscas o que pueden estar llenas de cariño, debe ser siempre ilimitado, debe ser siempre infinito.
Debemos comprender que todos y cada uno de nosotros estamos en el punto evolutivo más adecuado, que no tenemos nada que recriminarnos, que no tenemos nada que reprocharnos, pues hacemos aquello que por nuestra naturaleza y esencia tenemos que hacer en un momento dado.
¿Qué puedo pedir a mi prójimo, a aquél que en realidad soy yo mismo, sólo que mi ego nos distancia, nos posiciona de forma diferente, qué puedo pedirle si no que simplemente siga su camino?
Y sí, puede que en su camino, su ego ofenda al mío, pero tengo que ser capaz de comprender que desde un punto de vista superior al ego, no hay ofensa, si no simplemente experiencia. No hay herida, si no simplemente experiencia. No hay odio si no simplemente un amor eterno que se forja en las experiencias que compartimos juntos en el camino de la evolución.
 Desde ese punto de vista, qué puedo recriminar a aquél que camina su camino igual que camino yo el mío. No puedo recriminarle nada, ni nada puede ser recriminado a mí. Simplemente caminar mi camino desde el amor, en libertad y respeto, y esperar que los demás, pedir que los demás hagan lo mismo. Pues es en ese respeto hacia el camino propio y de los demás, aquellos que en un momento dado son ajenos a nosotros mismos desde el punto de vista del ego y que constituyen también parte de nosotros igual que nosotros constituímos parte de ellos, qué pedirles, si no que caminen su camino en respeto y libertad. Qué pedirles, si no simplemente que hagan aquello que hago yo.