Qué es el
Akhasa?
El Akhasa es
la memoria viva, latiente, de todos y cada uno de nosotros, de todas y cada una
de las almas que en un momento dado han encarnado en la tierra, pero también de
todas y cada una de las almas que en un momento dado han vagado por ella, en
forma corpórea o incorpórea, de todos y cada uno de los entes espirituales que
en un momento dado han venido a desarrollar una labor en la Tierra, de todos y
cada uno de los maestros, guías, gurús que han vivido, de los santos y de los
pecadores, en definitiva, de todos nosotros.
En el Akhasa
encontraremos aquello que fuimos,
aquello que somos y aquello que pudiéramos llegar a ser. Potencialidades sí, pero hechos también. Encontraremos
respuestas a muchas de nuestras preguntas, aunque otras queden desdibujadas,
pues algunas respuestas no estamos
preparados todavía para obtenerlas.
No debemos
aspirar a encontrar más conocimiento del
que en un momento dado merezcamos. Sí debemos aspirar a encontrar aquello que merezcamos
en el camino, pues sólo la justicia encontraremos en el camino, sólo
encontraremos aquellas respuestas que nos merezcamos, aquellas respuestas que
necesitemos y aquellas respuestas que sean adecuadas para nosotros, para
nuestro momento de consciencia y nuestra vida, para nuestras sensaciones,
nuestras percepciones, y el conocimiento que en un momento dado debemos
adquirir.
Encontramos
en el Akhasa una herramienta de desarrollo fundamental, el verdadero conocimiento,
no sólo de una encarnación, si no de
toda una sucesión de encarnaciones unidas por un hilo de plata, aquello que en
definitiva somos, aquello que en definitiva hemos sido, y aquello que en
definitiva pudiéramos llegar a ser, todo fundido en un concepto que desafía
vuestra comprensión del tiempo, pues es una comprensión falsa.
Tenéis que
tener en cuenta que el Akhasa trasciende. Trasciende no sólo el concepto de
espacio-tiempo si no también el de personalidad o ego, tenéis que tener en
cuenta que el Akhasa es un reflejo de vuestra verdadera naturaleza, de la naturaleza eterna, atemporal que sois,
sin principio y sin fin, pues sois en el
ser supremo que nos ha creado y el ser supremo es en vosotros, en ese sentido
la fuente, como fuente única de sabiduría , de conocimiento, de amor, de
experiencia y de vida, está dentro de
vosotros, forma parte de vuestra naturaleza, y vosotros a su vez, formáis parte de la suya
propia, y por tanto sois atemporales, no
conocéis el pasado, el presente y el
futuro tal y cómo lo conocen vuestros egos. Tenéis la capacidad de vivir una y
otra vez, de experimentar una y otra vez
aquello que necesita ser vivido y experimentado para llegar a las lecciones que
os permitirán extraer las conclusiones que os conduzcan a la sabiduría, y la
sabiduría a la evolución. Es en la
evolución donde encontramos la verdadera meta y objetivo de aquello que en un
momento dado vivimos
Es en la
evolución donde encontramos el verdadero objetivo del Akhasa, de la existencia
en sí misma de una memoria infinita, incomprensible en términos humanos, de todo aquello que ha sido vivido en esta Tierra,
en esta dimensión, en este mundo
Existen
otros planetas, otras dimensiones y otros mundos que están imbricados en
vuestra realidad. Es cierto que desde el punto de vista físico no tenéis la
capacidad de adquirir esos conocimientos, de adquirir esas percepciones de forma completa, pero algunos de vosotros intuís ya en este
momento su mera existencia.
Quizás no comprendáis todo aquello que trasciende,
quizás no comprendáis todo aquello que es en realidad, pero si comprendéis la existencia de mucho más
de lo que vuestros sentidos físicos perciben . Algunos de vosotros en vuestras
intuiciones y percepciones sois capaces de ver a través de vuestros sentidos, que podríamos llamar paralelos, aquello que en cierta forma se desarrolla en
cierta forma mas allá del velo, el velo que constituye la realidad física, el
velo que algunos de vosotros podéis cortar, muchos más de los que creéis podéis
rasgar ese velo, sin embargo, otros se niegan, se niegan porque no están en el
momento adecuado de su evolución por tanto nada hay que recriminar, estarán en ese punto
de ruptura cuando deban estar, ni antes
ni después, pues todos y cada uno de nosotros seguimos nuestro propio camino a nuestra manera, con nuestras lecciones y a
nuestro ritmo, en ese sentido nada hay que recriminar a nadie, sed ante todo comprensivos y permisivos con
los demás y con vosotros, mismos nadie
debe juzgar y nadie debe ser juzgado.
El Akhasa no
es juicio, el Akhasa no es crítica, el
Akhasa no enjuicia aquello que hicimos en un momento dado sino que es
simplemente un fiel testigo, un fiel testigo de lo que en un momento dado fuimos capaces de hacer en beneficio de
nosotros mismos y de la humanidad, actos que nuestros egos calificarán como
buenos o malos, pero que son juicios del
ego nada más, y que por tanto deben ser
desechados.
El Akhasa es
comprensión, el Akhasa es conocimiento y sabiduría, el Akhasa es las vivencia de todos y cada uno
de nosotros , de nuestras almas en
libertad recorriendo su camino.
El Akhasa es
principalmente la fuente de conocimiento primordial que tenéis en esta
dimensión, en este planeta. Sed
conscientes de que esa biblioteca está a vuestro servicio, de que nada hay que temer en ella, de que ningún
mal se oculta detrás de sus gruesos volúmenes , sólo se oculta aquello que sois,
y nadie debe temer aquello que es, pues
somos, con luces y sombras aquello que deseamos ser. En nuestro camino, en
nuestra evolución las sombras y las luces bailan un baile eterno, un baile en
el que el aprendizaje forma parte fundamental, el eje que vertebra ese
baile. En ese sentido, todos somos pecadores y todos somos santos,
todos somos valientes y todos somos cobardes, todos somos víctimas y verdugos.
Es importante
que al Akhasa entremos limpios de los
juicios y los prejuicios que el ego hace pues en el Akhasa no hay juicio, no
hay enjuiciamiento ni hay prejuicio. Sólo
hay verdad, y en la verdad encontramos desarrollo, encontramos evolución y
encontramos, sobre todo, libertad. La
libertad que nos hace dueños de nuestro propio camino y también responsables de
nuestros propios actos, de nuestras omisiones y de nuestras palabras. Es en esa libertad como debemos vivir el Akhasa,
en la responsabilidad de que el camino
lo recorremos por nosotros mismos siendo coherentes con nuestra naturaleza y
esencia, y es en esa naturaleza, en esa
esencia y en esa coherencia, en la que
encontramos la mejor y única forma de recorrer correctamente este camino .
Tened en cuenta que forma parte de nuestra naturaleza y esencia vivir experiencias de distintos grados y distintos niveles, vivir la luz, pero también vivir la oscuridad, para comprender,
para amar y para integrar ambas partes
del que es un único camino .