jueves, 30 de noviembre de 2017

El grillo que no sabía leer.


El grillo paseó, asustado, sobre esa superficie blanca. Debajo de sus patas extraños garabatos negros dibujaban hileras, líneas y formas que no comprendía. Sin embargo algo dentro de él, le decía que todos esos extraños dibujos, todas esas líneas negras sin sentido, tenían algún tipo de significado, que transmitían algún mensaje, que estaban destinados en cierta forma a gente como él. A gente que quería conocer, aprender, a gente que quería experimentar y vivir aquello que el mundo le ofrecía.
 El grillo raspó sus patas sobre esa superficie blanca, extraña, manchada de forma aparentemente casual, con líneas negras sin ningún sentido. El grillo sabía que había un mensaje, un mensaje oculto en ese aparente sinsentido, en esa aparente casualidad, en esas aparentes líneas fortuitas que se dibujaban sin aparente sentido. El caminar del grillo sobre la superficie blanca no aportaba ninguna razón, ningún sentido coherente, a lo que vislumbraba y sin embargo él sabía que había un mensaje oculto detrás de esas líneas. Miró asombrado a su alrededor, buscando mensajes y señales que le pudiesen interpretar esas líneas negras, sin embargo nada, nada, entendía.
 Estoy muy cerca pensó, estoy tan cerca de las líneas negras que no veo el conjunto y al no ver el conjunto lo desdibujo, lo veo sin perspectiva, sin coherencia, sin unidad y sin integridad. Lo veo desde tan cerca, tan implicado, que yo mismo me autoengaño, desdibujo su significado y me oculto el mensaje que pudiera tener. Así pues el grillo saltó, saltó tan fuerte como sus patas pudieron impulsarle. Saltó  tan lejos que pudo contemplar el libro abierto sobre la repisa, que pudo contemplar la página entera y la página anterior que marcaba el rumbo de esas líneas negras aparentemente casuales. El grillo no entendió el mensaje, pero entendió que esas líneas aparentemente casuales formaban una unidad, que esos dibujos tan extraños tenían un significado apto para aquellos que pudiesen desentrañarlo, apto para aquellos que hubiesen estudiado los principios y reglas correctas que permitían desentrañar esos dibujos. Comprendió también que esos dibujos no eran únicos sino que en cierta forma repetían patrones, que en cierta forma se encontraban en todos y cada uno de los libros que ahora, desde arriba, podía vislumbrar. Aferrado a un mueble podía ver no solo ese libro, sino otros libros, algunos abiertos y otros cerrados, que por toda la biblioteca estaban. Fue saltando de mueble en mueble contemplando el paisaje de infinitos libros que se abría ante sus ojos y supo de una forma intuitiva que todos y cada uno de esos libros contenían mensajes, que todos y cada uno de esos libros tenían un significado para aquel que pudiese desentrañarlo. Siempre hay un mensaje, siempre hay un significado pensó el grillo, es solo que no lo estoy viendo de la forma correcta, es solo que no sé distinguir los patrones, los principios, las reglas no escritas que desdibujarían esos patrones, convirtiéndolos en un mensaje adecuado para mí. Es sólo que no conozco, que no tengo, los instrumentos adecuados para entender esos mensajes, pensó el grillo. Sin embargo esos mensajes existen, pensó también. Lo que estoy viendo no es un dibujo sin sentido, es simplemente que no entiendo el verdadero significado oculto detrás de esos patrones aparentemente casuales, que no entiendo el verdadero significado oculto detrás de aquello que me parece un acto fortuito. Aquello que es un sinsentido para mí, a ojos del maestro adecuado contiene grandes mensajes, a ojos de aquel que sabe contiene verdaderas instrucciones acerca de la vida, acerca de los paisajes, de los valles y las montañas que los hombres recorren. Es solo pensó, el grillo, es solo que yo no sé leerlo.

martes, 5 de septiembre de 2017

Maestro de Sombra. Maestro de Luz.


Un maestro de sombra es toda aquella alma encarnada, o no encarnada, que, desde el amor, en libertad y respeto, forja con mi propia alma un pacto de almas. Un pacto de almas mediante el cual me enseña, y es enseñado por mí. Un pacto de almas mediante el cual intercambiamos los roles de maestro y discípulo. Un pacto de almas mediante el cual me enseña acerca de una vibración o una energía concreta, pero me enseña desde el polo de la carencia de esa energía, de esa vibración. Si me enseña de amor, me enseña desde el polo de la carencia de amor. Si me enseña de respeto, me enseña desde el polo de la carencia de respeto. Si me enseña acerca de la tolerancia, me enseña desde el polo de la carencia de tolerancia.

Un maestro de luz es toda aquella alma encarnada, o no encarnada, que forja con mi alma un pacto de almas. Un pacto de almas mediante el cual me enseña y a su vez es enseñado por mí, intercambiando los roles de maestro y discípulo, acerca de una energía o vibración concretas, y lo hace desde el polo de la plenitud de esa energía, de esa vibración. Si me enseña acerca del amor me enseña desde el polo de la plenitud del amor. Si me enseña acerca de la tolerancia me enseña desde el polo de la plenitud de la tolerancia. Si me enseña acerca del respeto me enseña desde la plenitud del respeto.

Ambos son maestros en los que yo reflejo aquello que necesito aprender, aquello que necesito experimentar. En ambos casos un pacto de almas lleva a nuestro encuentro, conduce a nuestro encuentro. En ambos casos ambos somos maestros y ambos discípulos. Sin embargo, el maestro de sombras desde el amor, en libertad y respeto, me enseña acerca de una vibración, de una energía desde el polo de la carencia de esa vibración, de esa energía. Un maestro de luz me enseña desde el polo de la plenitud de esa energía o vibración. Así pues, un maestro de sombra, al igual que un maestro de luz, enseña desde el amor, en libertad y respeto, y ambos pueden enseñarme acerca de la misma vibración, acerca de la misma energía. Sin embargo, lo hacen desde polos opuestos.

 ¿Qué es el odio sino la carencia de amor? ¿qué es el amor sino la carencia de odio? ¿qué es la luz sino la carencia de sombra? ¿qué es la sombra sino la carencia de luz?

Respeto

La verdadera maestría de un sanador no se forja en su capacidad para detectar, para ver, para manipular y controlar un campo energético. La verdadera maestría de un sanador no se forja en su capacidad para ver, para manipular, para dirigir la energía que recorre tanto el aura como el cuerpo físico. La verdadera maestría de un sanador no se forja en su capacidad para conectarse con los registros akhásicos, en la capacidad para ver el aura, en la capacidad para ver o sentir los chakras, los meridianos o los puntos energéticos de distinta naturaleza que puede activar. La verdadera maestría de un sanador se forja siempre, sin excepción, en el respeto; en el profundo respeto a su camino y al camino de aquellos que en un momento dado recurran a él.
El respeto es el más importante de los instrumentos que un sanador tiene a su disposición. El respeto es el más importante de los instrumentos que un sanador debe desarrollar, más allá de la capacidad para ver, detectar, sentir o presentir el aura, los campos energéticos, los chakras o los meridianos. Más allá de la capacidad para ver, sentir o presentir la verdadera raíz de aquello que vosotros llamáis síntomas o enfermedades físicas. Más allá de la capacidad para ver, sentir o presentir el origen de las incoherencias que se manifiestan en enfermedades, o en dolores, o en síntomas físicos. Más allá de la capacidad para ver, sentir o presentir cuál es el verdadero origen, en definitiva, de lo que vosotros llamáis enfermedad.
 Más allá de todo eso, la verdadera maestría de un sanador se desarrolla, se ejercita, se perfecciona en el respeto. El respeto al camino propio, y respeto al camino ajeno. El respeto hacia los caminos que nuestras almas trazan y que escapan al entendimiento de nuestros egos. El respeto profundo, inequívoco, eterno hacia el camino. El camino que nos lleva a la evolución, la evolución que da sentido a nuestra existencia, tanto a la existencia de nuestros egos, como a la existencia misma de nuestras almas. El respeto al camino, el respeto a la capacidad de recorrer ese camino en libertad viviendo las experiencias que nuestras almas y nuestros egos escogen. Viviendo las experiencias más allá de los juicios que nosotros hagamos, de las experiencias que los demás, entendiendo los demás como aquel ajeno a nosotros mismos, viven.
Somos unidad.
 Respetar el camino ajeno es lo mismo que respetar el camino propio.
Somos unidad.

Soy unidad.

Un verdadero Maestro

Un verdadero maestro no enseña.
Un verdadero maestro permite que su discípulo aprenda, facilita su aprendizaje, le guía, le orienta, pero no le fuerza, no le controla ni le manipula para que recorra un camino en concreto.
Un verdadero maestro demuestra al discípulo que se puede recorrer un camino, sin embargo, deja que sea el propio discípulo el que descubra cómo, pues los pasos son distintos en cada caso, los pasos que sirvieron al maestro de nada sirven al discípulo. Los pies del maestro son distintos a los pies el discípulo.

jueves, 13 de julio de 2017

Principio de Comprensión de la Realidad Afín

La Realidad Afín, es decir, aquella que nos circunda en un momento dado, es un reflejo de nuestro punto evolutivo, un reflejo de nuestra comprensión del mundo, un reflejo de nuestra comprensión íntima, de nuestra naturaleza y esencia. Un reflejo de nuestra comprensión, de aquello que somos. Un reflejo de nuestra comprensión, de aquello que vivimos, sentimos, y experimentamos en el transcurso de nuestra evolución.
Aquello que nos rodea, aquello que nos circunda, es espejo de nuestra comprensión de la realidad; una compresión íntimamente vinculada nuestro punto evolutivo.
Principio de comprensión de la realidad afín, entendida realidad afín como aquella realidad en la que nos proyectamos, aquella que nos circunda de forma más cercana y más íntima, aquella que se vincula a nosotros directamente, aquella que es más sensible a nuestra capacidad cocreadora, aquella en la que de forma más íntima nos vinculamos y expresamos nuestros verdaderos sentimientos, nuestros verdaderos pensamientos, nuestra verdadera capacidad cocreadora 
.En esa realidad afín reflejamos la comprensión de tenemos de nosotros, y de nuestra vida, de nuestro mundo, de nuestros conceptos, del concepto de universo, del concepto de alma, del concepto del camino en sí mismo. Expresamos en nuestra realidad afín aquello que llevamos dentro, aquello que íntimamente queremos, aquello que pensamos, aquello que es nuestra naturaleza y esencia.

miércoles, 12 de julio de 2017

Yo no os perdono.

 Yo no os perdono.
Yo no os perdono.
Yo no os perdono.
¿Y sabéis por qué no os perdono? Porque no os juzgo. Porque el perdón nace del juicio. El perdón nace del enjuiciamiento que conduce a la conclusión de que algo se hace, se dice, se omite, de forma incorrecta. El perdón nace del juicio, y el juicio nace de la sensación de ser superior, de ser capaz de determinar si lo que se hace, se hace de forma correcta o incorrecta; si lo que el otro hace, lo hace de forma correcta o incorrecta; si lo que yo hago, lo hago de forma correcta o incorrecta.
El perdón nace del juicio, y de la capacidad de culpar, y de esa capacidad de culpar, desde el punto de vista que da la superioridad, o la creencia de superioridad sobre los demás, nace también la capacidad de perdonar; de aquel que pudiendo castigar, no castiga; de aquel que enjuicia y llega a la conclusión de que algo se ha dicho, hecho, u omitido de forma incorrecta, y aun siendo capaz de castigar, aun teniendo derecho, o creyéndose con el derecho a castigar, no castiga. Eso es el perdón.
Yo no os perdono.
No os perdono, porque no os juzgo.
No os perdono porque no soy quien para juzgar.
No os perdono porque no se puede juzgar a un águila por volar, no se puede juzgar a un árbol por dar sombra, no se puede juzgar aquello que es natural a la evolución. Nada de malo hay en ello. Todo aquello que decís, todo aquello que hacéis, todo aquello que omitís, es natural a vuestro camino, a vuestra evolución. Nada de malo hay en ello, nada condenable, reprochable, nada criticable. Tampoco nada digno de elogio o recompensa, nada que merezca que os enaltezcan.
Yo no os perdono, pues no hay nada que perdonar, no hay nada que juzgar; simplemente todos y cada uno de nosotros seguimos el camino de la evolución.
Todos y cada uno de nosotros hacemos aquello que debemos hacer en nuestro camino.
Todos y cada uno de nosotros realizamos aquello para lo que hemos venido a esta encarnación, a esta realidad dual.
Yo no os perdono, pues no os juzgo.
Yo no os perdono, pues en la unidad ninguno es juzgado.
Yo no os perdono, pues en la unidad nada es criticable, ni recompensable; simplemente es, sin adjetivos, sin castigos ni recompensas, sin calificativos; simplemente es.
Yo no os perdono, pues no os juzgo, pues hacéis aquello que corresponde a vuestra naturaleza, y nada de criticable puede haber en hacer aquello que corresponde a mi naturaleza interna, aquello que soy. No os castigo ni os recompenso, pues todos y cada uno de nosotros actuamos en función de nuestra naturaleza, y nada malo ni nada bueno hay en ello; simplemente es.


lunes, 26 de junio de 2017

PACTOS DE ALMAS


¿Qué es un pacto de almas si no el encuentro de aquellos que en un momento determinado unen su evolución en un punto del camino?
¿Qué es un pacto de almas si no el momento,  entendido dentro del contexto espacio temporal en el que vuestros egos creen, en el que dos almas colaboran de forma inequívoca para el mutuo avance, el mutuo desarrollo, para avanzar en el camino de la evolución de forma coordinada ayudándose mutuamente.
Antes de encarnar las almas en cierta forma planifican, planean,  diseñan aquello que ha de acontecer, aquellas vicisitudes,  aquellas experiencias que en el camino encontrarán.  Aquellas vicisitudes, aquellas experiencias que en el camino ellas mismas crean para su evolución y continuo aprendizaje .
A la hora de evolucionar todo se coordina, a la hora de evolucionar, de aprender, de experimentar todo aquello que debe ser experimentado para liberar las lecciones que tenemos que liberar,  todo, absolutamente todo, se coordina, la realidad se teje como se teje la tela de una araña, de forma coordinada, de forma imbricada entre uno y otro de tal forma que  nada es aleatorio, que nada es casual, que nada se deja al azar. Es cierto que vuestros egos son incapaces de ver la compleja telaraña que la realidad urde, es verdad que vuestros egos son incapaces de comprender todas aquellas circunstancias y verdaderas experiencias que a vuestro alrededor acontecen. Que son incapaces de comprender la verdadera realidad del mundo que os rodea, un mundo que es espejo de aquello que acontece dentro de vosotros. Sin embargo el alma en su amor y sabiduría infinitos, sí es capaz de comprender, sí es capaz de crear, sí es capaz de diseñar y planificar aquello que ha de acontecer en el camino de esta realidad dual. En ese sentido las almas coordinan sus esfuerzos, para que las vivencias de uno y otros sean vividas de forma compenetrada, de forma coordinada, de forma que sirva a la evolución, al aprendizaje de todas aquellas almas, encarnadas o no, que están involucradas en esa vivencia.
En ese sentido a la hora de vivir, de desarrollar una experiencia dentro de una energía determinada, siempre se coordinan las almas para que puedan vivir esa experiencia desde ambos polos de esa energía. Desde el polo del agresor, pero también desde el polo del agredido.
Cuando necesitamos vivir la experiencia de la energía de la agresión, necesitamos vivirla desde ambos polos,  desde ambos lados por decirlo así. Colocarnos en ambos platillos de la balanza para que seamos capaces de experimentar todo aquello que acarrea, todo aquellas consecuencias,  toda aquella experiencia en su integridad, de tal forma que seamos capaces de comprender de forma cierta, de forma verídica, de forma plena, de forma completa todo aquello que acontece en torno a una energía. Así pues en un momento dado necesitaré ser el agresor para comprender lo que significa ser agresor y vivir la experiencia la energía de la agresión desde ese punto de vista. Pero en otros momentos de mi evolución, en otros momentos de esta realidad encarnada, necesitaré vivirlo desde el polo del agredido, desde el polo de aquél que experimenta la agresión, desde aquel que experimenta esa energía de forma que podríamos llamar pasiva.
 En ambos casos esa experiencia se coordina con otras almas que necesitan vivir esa energía también. Coordinamos así pues nuestros papeles, coordinamos aquél que va a ser agresor y aquél que va a ser agredido, y nunca se deja ninguna experiencia a la aleatoriedad, a la casualidad, a aquello que no está diseñado ni planificado.
El mundo, la realidad física, la realidad espiritual, la realidad dual en la que nos movemos, se planifica de forma perfecta, se teje de forma que nada queda aleatorio, ningún hilo se coloca de forma aleatoria, ningún dibujo, ningún tapiz se teje de forma aleatoria.
Así pues nos coordinamos antes de encarnar para que aquellas experiencias que tenemos que vivir, para que aquellas vivencias, para que aquellas lecciones que tenemos que liberar y desbloquear puedan ser vividas liberadas y desbloqueadas de forma perfecta, de forma coordinada entre las distintas almas encarnadas o no que participan en una experiencia.
Así pues todo aquello que acontece, todo aquello que nos relaciona a unos y a otros, ha sido en cierta forma tejido por todos, ha sido en cierta forma diseñado, planificado en unidad, para que podamos vivir una experiencia desde la unidad, pero también desde la individualidad, desde ambos factores que deben ser tenidos en cuenta en un mundo dual. Y una vez más la unidad y la individualidad se unen en un mundo dual, en un mundo que es material, puramente material, y a la vez espiritual,  puramente espiritual.

En ese sentido una vez más, nuestras experiencias se coordinan para el mutuo aprendizaje y evolución de todos aquellos, de todas las almas encarnadas o no, que viven esa experiencia, que deben, que necesitan aprender y liberar esa lección.

jueves, 15 de junio de 2017

Amor

¿Qué decir de aquellos que nos ofenden? Amadlos.
¿Qué decir de aquellos que no nos aman? Amadlos.
¿Qué decir de aquellos que omiten palabras o acciones que esperábamos? Amadlos.
Amadlos, amadlos, amadlos.
Sólo aquel que ama sin límite, sólo aquel ama de forma correcta. Sólo aquel que ama sin esperar nada a cambio, ama de forma correcta.
No es amor la acción mercantilista en la que yo te doy para que tú me quieras, no es amor la acción mercantilista en la que yo te brindo mi cariño con la confianza de que tú a cambio me brindes el tuyo.
No es amor la acción mercantilista en la que mis gestos de sabiduría, de generosidad o de amor espero que sean correspondidos con gestos iguales o superiores.
Es amor el respeto a la continua evolución y aprendizaje de todos y cada uno de nosotros. Es amor el respeto a la continua evolución y necesidad de experimentar que tienen nuestras almas, una necesidad que en cierta forma es un hambre insaciable y que nos lleva a la continua evolución, que nos lleva al continuo aprendizaje. Esa necesidad de experimentar  para la cual encarnamos se plasma no sólo en gestos de cariño, si no también en palabras hoscas, sin embargo el respeto y el amor hacia esas palabras que pueden ser hoscas o que pueden estar llenas de cariño, debe ser siempre ilimitado, debe ser siempre infinito.
Debemos comprender que todos y cada uno de nosotros estamos en el punto evolutivo más adecuado, que no tenemos nada que recriminarnos, que no tenemos nada que reprocharnos, pues hacemos aquello que por nuestra naturaleza y esencia tenemos que hacer en un momento dado.
¿Qué puedo pedir a mi prójimo, a aquél que en realidad soy yo mismo, sólo que mi ego nos distancia, nos posiciona de forma diferente, qué puedo pedirle si no que simplemente siga su camino?
Y sí, puede que en su camino, su ego ofenda al mío, pero tengo que ser capaz de comprender que desde un punto de vista superior al ego, no hay ofensa, si no simplemente experiencia. No hay herida, si no simplemente experiencia. No hay odio si no simplemente un amor eterno que se forja en las experiencias que compartimos juntos en el camino de la evolución.
 Desde ese punto de vista, qué puedo recriminar a aquél que camina su camino igual que camino yo el mío. No puedo recriminarle nada, ni nada puede ser recriminado a mí. Simplemente caminar mi camino desde el amor, en libertad y respeto, y esperar que los demás, pedir que los demás hagan lo mismo. Pues es en ese respeto hacia el camino propio y de los demás, aquellos que en un momento dado son ajenos a nosotros mismos desde el punto de vista del ego y que constituyen también parte de nosotros igual que nosotros constituímos parte de ellos, qué pedirles, si no que caminen su camino en respeto y libertad. Qué pedirles, si no simplemente que hagan aquello que hago yo.

martes, 25 de abril de 2017

Diferencia entre Alma y Espíritu

Al fallecer, nuestro ego, nuestra identidad, no fallece. Fallece nuestro cuerpo físico únicamente. El alma se encuentra así vestida, por decirlo de alguna forma, con la identidad que tenía en la vida física.Eso es lo que podríamos considerar como espíritu,sin embargo, esa identidad también tiene que quedar atrás.
Esa parte,esa limpieza, por llamarlo así, se realiza durante el tránsito. En el tránsito el espíritu, es decir, el alma revestida del ego de la identidad con la que vivió en su cuerpo físico, accede a lo que podríamos llamar un portal dimensional. Una vez ha accedido a este portal dimensional, accede a lo que podrían considerarse unas moradas.Una morada no es más, en realidad, que un estadío en el que el alma purifica, libera, aprende, se prepara para las próximas encarnaciones, hace lo que podríamos llamar un ejercicio de integración ,un ejercicio de asimilación, de liberación, de todo aquello que experimentó, del dolor, del placer, de las vivencias buenas o malas, y también de aquella herencia que recibió por parte del linaje. Hace lo que podríamos considerar un ejercicio de autoevaluación, diseña, planifica aqello que va a hacer en su próxima encarnación, se reúne con lo que podríamos considerar amigos, sabios. aliados, para planificar aquello que hizo, aquello que dejó de hacer, para corregir, y cunado digo corregir no quiero que tengáis el concepto de error o equivocación pues es un concepto que viene del ego, si no simplemente para constatar aquellos hechos que tenía planificados y después no realizó. Para ver también en qué forma su presencia, su existencia, dejó huella en los demás, a quien ayudó de una u otra forma, pues a veces ayudamos desde el amor y a veces ayudamos desde un acto de violencia. Hay que tener en cuenta que nuestras almas se alían, se piden mutuamente ayuda, algunas veces necesitamos ser verdugos y otras veces necesitamos ser víctimas para aprender.
En ese sentido las almas no lo ven como lo ven los egos, ellas saben, desde un punto de vista de sabiduría infinitamente superior al nuestro, que a veces detrás de un ejercicio de violencia, detrás de un enemigo,detrás de aquel que nos ocasiona un gran dolor ,o mejor dicho ocasiona un gran dolor al ego, hay una lección de extrema importancia. En ese sentido hay lo que podriamos llamar un ejercicico de autoevaluación, de resumen, de aprendizaje en el que nuestars almas aprenden pero tambien planifican aquello que va a acontecer.
En ese tránsito algunas de las almas, estando todavía en la forma del espíritu, estando todavía revestidas de su ego,quedan atrapadas. A veces quedan atrapadas por el amor a la familia, por la inquietud por el futuro de su hijo, de su padre, de su hermano. Otras veces por la avaricia o por emociones negativas, por la ira hacia como murió. A veces simplemente por el desconcierto, pues no termina de comprender en qué estado está ahora, no termina de deshacerse de la envoltura física, en cierta forma considerando que está vivo tal y como entendemos estar vivo desde un punto de vista físico, y por tanto considera que tiene que moverse, que desenvolverse en la vida como se desenvolvía antes. No termina de asimilar que su cuerpo físico, su sangre, su músculo, su hueso, todo aquello que nosotros llamamos cuerpo, ha fallecido.
En esos estados ese espíritu puede en cierta forma perderse o vagar, sin embargo, siempre es rescatado siempre hay un redentor.

sábado, 22 de abril de 2017

Autorización para la sanación

Desde el amor, en libertad y respeto, me autorizas a hacerte una sanación, en unidad e individualidad, en mente, cuerpo y alma?

jueves, 30 de marzo de 2017

Primer contacto extra terreno

El primer contacto con las civilizaciones extra terrenas fue llevado a cabo por los atlantes. Los hijos de Atlantis, de naturaleza curiosa, rápidamente comprendieron los pormenores del funcionamiento de los portales inter dimensionales, lo cual les facilitó enormemente llegar a una situación de contacto con civilizaciones extra terrenas.

En ese sentido, fue un momento de gran alegría el comprobar que los atlantes ya eran capaces de contactar con nosotros. Ese momento, que quedó escrito en los anales de la historia para disfrute de toda la humanidad, fue un momento de gran logro y gran consecución de un conocimiento de extrema valía.

miércoles, 29 de marzo de 2017

El Principio de Redención


El principio de Redención expresa el derecho de toda alma a buscar y encontrar la luz. El derecho de toda alma a que, sea cual sea su camino evolutivo, incluso un camino que desde el punto de vista del ego nos parezca involutivo en muchas ocasiones, podrá encontrar la luz, podrá unirse a la luz, podrá ser en la luz.
Redención significa que ningún alma queda atrás, ninguna alma es olvidada, todos los momentos del camino cobran sentido en la evolución, incluso aquellos que desde el punto de vista del ego consideramos pecados, incluso aquellos que desde el punto de vista del ego consideramos errores.
Redención significa también el derecho a seguir nuestro propio camino, sea cual sea, para encontrar la luz
Redención significa también, que pese a que en un momento dado nuestro camino abrace la sombra, o mejor dicho, gracias a que en un momento dado nuestro camino abraza la sombra, podremos seguir también nuestro camino hasta que lleguemos a la luz, y seamos en la luz. No olvidemos que la sombra forma parte del camino, no olvidemos que abrazar la sombra es abrazarnos a nosotros mismos en nuestra totalidad, aceptarnos según el principio femenino de la aceptación, para poder evolucionar hacia la luz.
Aunque la luz sea aquello hacia lo que tendemos, tenemos que respetar también la ley del equilibrio, y vivir las experiencias que la sombra tiene para nosotros, para que en la sombra, para que en la oscuridad, podamos conocernos completamente, en unidad, en complitud, no percibir solo aquellos aspectos de nosotros mismos que nuestro ego pueda considerar luminosos, sanos o elevados, si no al contrario, abrazar todo aquello que somos en su complejidad, en su unidad, para que nuestra evolución sea completa.

Evolución implica también cambio, evolución implica también progreso, evolución implica también sanar, iluminar aquello que necesita ser sanado, aquello que necesita ser equilibrado en la luz, aquello que necesita ser iluminado. En ese sentido, tenemos que abrazar todo aquello que somos, que hemos sido y que seremos, para conocernos en nuestra complitud, en nuestra complejidad y en nuestra unidad. En ese sentido, no podemos renunciar a ninguna parte de nosotros, pues esa renuncia equivale también a una negación de aquello que somos, y ningún alma debe negar aquello que debe experimentar, para poder evolucionar de forma completa, aquello que negamos nos es devuelto a nuestras experiencias, a nuestro camino una y otra vez, hasta que al final lo abrazamos, lo aceptamos de buena fe y lo integramos como parte de nosotros, de nuestro camino. Solo entonces podemos liberarnos de esa experiencia, sea cual sea, solo entonces nuestro camino puede seguir en equilibrio.

sábado, 25 de marzo de 2017

Lemuria

Muchas leyendas hay acerca del continente perdido de Lemuria. Pocas de ellas, sin embargo, tienen trazos siquiera de verdad. Lemuria, a diferencia de la civilización  atlante, siempre ha sido una gran desconocida. Poco quedó de Lemuria después del gran seísmo que produjo el maremoto que la engulló en las profundidades del océano. Poco quedó de su arte, de su cultura, de su civilización extremadamente avanzada, par con la atlante. Poco quedó de su literatura, reflejo de la bondad, la iluminación y el amor, que reinaban en esa civilización. Poca de su herencia fue recogida por las civilizaciones humanoides intra terrenas, que no supieron, que no fueron capaces, de ser dignos herederos de la tradición lemuriana.
 Sin embargo esta civilización no cayó en el olvido, no cayeron en el olvido las cinco joyas que adornaban la corona lemuriana. No cayeron en el olvido las grandes capitales de mármol blanco que adornaban el continente. No cayeron tampoco en el olvido los cánticos y los versos con los que adornaban la literatura oral, no escrita, de esa civilización magna. Parte de esos cánticos heredados por antiguas civilizaciones fueron traducidos y escritos y se encuentran en jeroglíficos que llegan aún hasta nuestros días.
Parte de la civilización lemuriana sin embargo cayó para siempre en el olvido.
Su contacto con civilizaciones extraterrestres no era tan intenso como en el caso atlante, lo cual ha llevado a que parte de esa civilización haya, en cierta forma, desaparecido. No consta en los anales como consta la civilización atlante, parte de la cual fue heredada por los humanoides intra terrenos, y otra parte heredada por seres de otras galaxias con los cuales los atlantes mantenían una frecuente relación. En el caso de Lemuria sin embargo, la relación con seres extraños al planeta tierra era más leve, en parte porque la civilización lemuriana estaba más volcada hacia el interior del planeta y el conocimiento de otras dimensiones y ciudades intra terrenas que el planeta albergaba, y sigue albergando, y no buscaron tanto entre las estrellas influencias ajenas al planeta.
 En ese sentido, los lemurianos, más volcados en el arte y en la ciencia, que en la expansión espiritual, como hicieron los atlantes, no dedicaron tanto tiempo, energía y sacrificio, al conocimiento de los portales inter dimensionales volcándose más bien en el conocimiento de las cinco gemas que albergaba su continente, cinco gemas que les permitían el acceso de forma fácil y constante a civilizaciones intra terrenas con las cuales mantenían un constante intercambio de ideas, de cultura y también de paradigmas. Constituyeron los lemurianos una auténtica luz para estas civilizaciones, pues les permitió alejarse de aquellas ideas primigenias sobre la civilización que albergaban y adentrarse más en el conocimiento auténtico de la naturaleza humana y de sus distintas especies, y sobre todo, les permitió adentrarse en el conocimiento que les permitiría mantenerse en la expansión constante de su civilización intra terrena.
El conocimiento avanzado de la medicina entendido desde un punto de vista holístico y desde el conocimiento de los cuerpos tanto inferiores más densos, como los superiores de las distintas razas intra terrenas a las que tenían acceso  los lemurianos, les permitió contrarrestar las distintas enfermedades y el avance progresivo de la decadencia que tuvieron algunas civilizaciones intra terrenas. Eso permitió a esas civilizaciones asentarse, convivir y fortalecerse, llegando a alcanzar un alto nivel de desarrollo en algunos de los casos.
 La medicina entendida como la entendían los lemurianos, constituía sobre todo una forma de acercamiento a lo que podríamos llamar el cuerpo denso, el cuerpo físico, pero sin olvidar en ningún caso el desarrollo espiritual.
 Más volcados en el aspecto terrenal que los propios atlantes, llegaron a comprender mejor que nadie las virtudes y necesidades de los cuerpos densos, así como sus carencias y déficits. Fueron capaces de convertir cualquier tipo de alimento en verdadera sanación. Fueron capaces asimismo, de conocer las auténticas propiedades del agua en sus distintas variantes, tanto dulce como salada, así como del mejor y más genuino aprovechamiento de los rayos del sol, convirtiéndolos no solo en la fuerza motora de sus máquinas, si no también y principalmente, en una forma de alimento para los cuerpos físicos. En ese sentido, la correcta conversión de la energía solar mediante la alquimia más adecuada, en fuente de nutrición para los cuerpos más densos, para los cuerpos más físicos, les permitió desprenderse de la necesidad de alimento físico tal y como lo concebimos actualmente.
Los lemurianos fueron capaces también de alcanzar una gran comprensión en cuanto a los ciclos propios del planeta, conociendo el planeta asimismo de una forma extremadamente avanzada, entendiendo su verdadera naturaleza, la naturaleza de sus ciclos, así como el desarrollo de su planeta. Este conocimiento, sin embargo, no les permitió prever, no de forma completa, los distintos sísmicos que amenazaban su civilización. No les permitió comprender la gran magnitud del desastre que se avecinaba. Desastre en cierta forma previsto, pero infravalorado por la propia civilización lemuriana que se consideraba capaz de resistir aquello que sus científicos vaticinaban. En ese sentido, la civilización lemuriana no fue capaz de comprender que el gran seísmo que produjo el maremoto sería demasiado fuerte, demasiado potente, para ser contenido por la maquinaria de la que disponían, por muy avanzada que fuese. Dispuestos a contrarrestar los efectos los lemurianos se equivocaron en el cálculo de la intensidad y las consecuencias de dicho seísmo. Incluso la propia capital en el monte shasta fue parcialmente sumergida por las aguas, lo cual escapó a toda previsión de los lemurianos.

 Así pues la civilización lemuriana, prácticamente destruida, terminó integrándose con otras civilizaciones de humanoides intra terrenos, llegando a convertirse en ciertos casos, en un verdadero mestizaje, lo cual conllevó también la pérdida de la herencia cultural de la civilización lemuriana.

La Pirámide Atlante

La pirámide atlante se alzaba sobre uno de los portales  dimensionales, concrétamente el que correspondería al chakra del tercer ojo. En torno a la pirámide se alzaban los grandes edificios en los que los atlantes se reunían y celebraban lo que podríamos considerar sus ritos de iniciación, de gobierno, e incluso de trascendencia a otros planos. En esos ritos el atlante rendía culto siempre a la luz, al amor y a la sabiduría, siendo siempre ritos iniciaticos, ritos en los que la trascendencia de los actos en distintos planos se englobaba dentro de la importancia del rito en sí. Distintos planos, distintas dimensiones, distintas vibraciones, distintas realidades se aglutinaban en los ritos atlantes. En los ritos atlantes siempre se partía de un principio básico, la integración de las distintas realidades, de las distintas vibraciones, de las distintas dimensiones, en el conjunto de los actos que el rito comprendía, así como es arriba es abajo, todas las dimensiones conocidas por los atlantes, todas las vibraciones, toda la realidades estaban englobadas dentro de la importancia de los ritos. Los gestos se celebraban no sólo en el plano físico sino en distintos planos, las palabras abarcaban en su vibración, en su energía, no sólo el plano físico, si no distintos planos y todos y cada uno de ellos eran considerados de forma igual, de forma equitativa, pues ninguno trascendía en importancia a los demás planos. En ese sentido los atlantes eran de extremadamente equitativos, pues sabían que un desajuste en los planos, o en los chacras o en los portales interdimensionales, causaba un desajuste en toda la realidad.
Toda la supervivencia del imperio atlante giraba en torno a lo que podríamos llamar el equilibrio. Lo que podríamos considerar la justa balanza de los distintos elementos que componen esta realidad. Fue precisamente este desequilibrio entre los portales dimensionales, e incluso entre los propios chakras que componían el cuerpo de los atlantes, el que les llevó en cierta forma, a la extinción del imperio atlante tal y como era conocido en ese momento.  La gran pirámide que albergaba en su cámara central el portal inter dimensional más importante de todos, se erigía en el centro neurálgico de lo que podía llamarse el imperio atlante. En esa gran pirámide el consejo de sabios dirigía con mano férrea pero suave al mismo tiempo el destino no solo de la Atlántida si no de los portales, puntos de energía y estaciones y subestaciones espaciales o intraterrenas  que el imperio atlante abarcaba.

En ese sentido los atlantes como portadores de luz, comprendían y respetaban la distinta naturaleza, no sólo de las razas intraterrenas y los lemurianos o de aquellos que en un momento dado fueron conocidos por los atlantes, si no también de aquellas razas procedentes de otros partes del espacio exterior, con las que contactaron en distintos momentos de la historia. Estos contactos, a veces telepáticos, a veces físicos, formaban parte de lo que podríamos llamar el devenir continuo del desarrollo de la historia del imperio atlante, en ese sentido el imperio atlante constituía un foco de luz, de sabiduría, y de amor, allá donde fuese respetando siempre la idiosincrasia de la cultura de cada civilización con la que se encontraba, respetando siempre el equilibrio energético y físico, incluso el cuántico de aquellos puntos de energía y portales dimensionales que les servían para desplazarse por las distintas realidades, las distintas vibraciones, las distintas energías que constituyen en realidad una única vibración, única energía, única dimensión.

Portales Atlantes

                                                                   
Los atlantes construían su civilización, erigían sus monumentos y organizaban su vida social en torno a los puntos de energía.
El amplio desarrollo de su tercer ojo, así como las elevadas connotaciones espirituales que la civilización atlante tenia les permitían conocer la naturaleza y posición exacta de cada uno de los puntos de energía, de cada puerta inter dimensional, o cada cruce de líneas telúricas que pudiesen afectar su vida.
Ellos, en su sabiduría, organizaban su vida en función de lo que podríamos llamar un mapeado energético, igual que vosotros en vuestras civilizaciones construís vuestras ciudades en torno a los ríos, en torno a los valles, evitando montañas, evitando junglas o evitando selvas, o al contrario, aceptándolas de buen grado, abrazándolas y aprovechándose de sus beneficios
Ellos hacían lo mismo, en su sabiduría construían su civilización en torno a siete grandes portales dimensionales. Siete grandes portales dimensionales que equivalían a los siete chakras que cada atlante portaba, así mismo existían otros dos portales dimensionales ocultos, ocultos en el sentido de que aunque todos conocían su existencia, solo los más elevados de los atlantes tenían la capacidad de manipular y acceder a estos portales dimensionales, igual que solo los más elevados de los atlantes conocían la verdadera naturaleza y esencia de los dos chakras más elevados, más espirituales, que los atlantes portaban junto a los siete ya conocidos .
En ese sentido, solo los atlantes más elevados eran capaces de acceder a estos dos portales. Los portales constituían no solo una puerta a otras dimensiones en el sentido de que permitían a los atlantes comunicarse entre lo que vosotros denominaríais distintos niveles, distintas densidades, distintas vibraciones,  que son en realidad parte de una misma realidad, parte de una misma dimensión, parte de una misma vibración, separadas solo por un concepto equivocado de vuestro ego. Los atlantes se movían entre ellas con facilidad.
Su gran desarrollo espiritual les permitía alimentarse única y exclusivamente del prana, la energía que les circundaba, la energía que les rodeaba, evitando el consumo de alimentos y dejándoles solo para situaciones de extrema gravedad, situaciones en las que el atlante podía llegar a consumir frutas o frutos secos gracias a que no había perdido la capacidad de digerir alimentos en el sentido físico, si no simplemente había renunciado dado que no sentía esa necesidad.
Los siete portales inter dimensionales constituían también una forma de extraer la energía que la civilización atlante necesitaba. Hay que tener en cuenta que un portal no solo permite la realización de saltos inter dimensionales de una y otra dimensión, de una y otra realidad, de una y otra vibración, si no que también permite extraer energía de esos, podíamos llamar, agujeros cuánticos. En ese sentido no necesitaban más recurso que ese.
La vida atlante ordenada en torno a estos conceptos, en torno a estos portales inter dimensionales, constituía siempre un tributo a la vida, un tributo al amor y un tributo a la sabiduría
La luz como único dios real, si es q puede utilizarse esa palabra para definir lo que los atlantes sentían hacia el concepto de luz, sabiduría, y amor infinito, constituía la única religión oficial, siendo cada uno de los atlantes el único sacerdote al que tenían necesidad de recurrir.
En su evolución, en su camino, los atlantes no sentían necesidad de rendir pleitesía a ninguna organización jerárquica social, no sentían necesidad de ser ordenados, establecidos, según un estatus social que les permitiese distinguirse o que les permitiese establecer categorías. Únicamente un consejo de sabios regía en cierta forma el destino de aquella civilización. Un consejo de sabios elegidos en torno al concepto de sabiduría, amor e iluminación, no al de prevalencia social o económica, dado que la economía como tal no existía en la civilización atlante.
Los atlantes eran sabios, pero también eran guerreros, entendiendo como guerrero aquel que porta la luz, aquel que combate la sombra, y aquel que ilumina el mundo que habita, en ese sentido, su naturaleza combativa, su naturaleza de portadores de luz, siempre les empujaba a divulgar aquellos conocimientos que tenían, a compartir su sabiduría entre otras civilizaciones menos avanzadas, algunas de las cuales siguen conviviendo con vosotros en forma de humanoides intra terrenos.
Las distintas categorías de humanoides intra terrenos, incluyendo aquellas que siguen conviviendo con vosotros, convivían en paz con los atlantes. Gracias al mutuo desarrollo y al mutuo respeto podían convivir en situaciones, que vosotros hubieseis considerado beligerantes. Situaciones en las que un conflicto, según vuestro concepto del ego, hubiera sido inevitable.
Los lemurianos, por otra parte, se volcaban más en el arte y la ciencia  .No en la ciencia tal y como la entendéis vosotros, como dominio mediante la materia prima y el uso exhaustivo de ella de la naturaleza que os circunda, si no al contrario, la ciencia como respeto a todo aquello que en un momento dado nos es concedido, la ciencia como respeto a lo que nos circunda y la ciencia como respeto a nosotros mismos, nuestra propia naturaleza y esencia. En ese sentido los lemurianos estaban también más volcados en el arte, el arte como máxima expresión de la belleza, una belleza que rendía pleitesía al amor, a la sabiduría y a la luz, pero belleza al fin y al cabo.
En ese sentido cabe también expresar la importancia que  estas dos sociedades daban a aquello que vosotros pudierais considerar el respeto al libre albedrío, el respeto al camino que todos y cada uno de nosotros recorremos en libertad, recorremos con nuestros propios pasos, sin dejar que sean otros quienes lo recorran. Jamás un atlante hubiese interferido en el libre albedrío, jamás un lemuriano hubiese interferido en el libre albedrío.
Las distintas razas de humanoides intraterrenos, sin embargo, no respetaban de igual forma esta ley sagrada, hay que tener en cuenta que su grado de evolución, inferior a lo que pudiéramos considerar el grado de evolución atlante o lemuriano, hacía que en ocasiones tergiversasen o incluso quebrasen algunas de las leyes sagradas.
 Ellos sí mantenían la costumbre de alimentarse de alimentos físicos, si no en todas las ocasiones, sí en forma que pudiéramos considerar frecuente o recurrente. Esta costumbre hoy en día se ha perdido entre alguno de ellos, sin embargo hay otros que de forma esporádica siguen manteniendo la costumbre de alimentarse de frutas y frutos secos para mantener su estructura física.
Las razas de humanoides intraterrenos que siguen actualmente cohabitando con vosotros siguen utilizando los puntos de energía al uso atlante, manteniendo esas puertas inter dimensionales como forma de comunicación. Utilizándolas sin embargo con menos exactitud,  con menos dominio y en cierta forma con menos delicadeza y finura. Hay que tener en cuenta que el atlante, gracias al inmenso desarrollo de su evolución y cuerpo físico era capaz de manejar energías tan sutiles,  tan leves, tan tenues, que siguen escapándose hoy en día a algunas de las razas de humanoides intratrerrenos que cohabitan con vosotros.
Hay que tener en cuenta así mismo, que vosotros en líneas generales carecéis de la capacidad para detectar esas líneas de energía, si bien sí sois capaces, al menos en algunas ocasiones, en algunos sujetos, de detectar las líneas de energía principales tanto cósmicas como telúricas, como así mismo detectar puntos de energía y portales inter dimensionales. Esta capacidad, heredada en cierta forma de los atlantes, está lejos de haber alcanzado el grado máximo de su desarrollo, más bien podríamos decir que estáis en los primeros pasos del camino, pasos que es importante dar con el mayor respeto posible a la libertad de cada uno, pero también, con la mayor auto exigencia, dado que la energía es necesario que sea comprendida, sea gestionada y sea dirigida de la mejor manera posible,  siempre respetando no sólo a vosotros mismos, si no también al entorno en el que os movéis
Hay que tener en cuenta que los desequilibrios energéticos pueden afectar no sólo a aquel que en un momento dado atraviesa un portal inter dimensional, si no también a todos aquellos vinculados a ese portal, que son en muchos casos una gran mayoría.
Hay que tener en cuenta que los portales inter dimensionales constituyen también un eje que vertebra las distintas realidades, realidades que se relacionan y se inter conexionan hasta formar una sola realidad, pero vosotros, debido a las carencias  propias de vuestros sentidos físicos, sólo sois capaces  de captar una limitada realidad,  una limitada parte, una limitada visión de aquello que constituye la verdadera y auténtica realidad.  En ese sentido hay que tener en cuenta que vuestros sentidos físicos todavía son toscos. Sin embargo, podéis ser capaces de desarrollarlos hasta niveles más elevados de vibración, de iluminación y de sabiduría.  En ese sentido también deciros que ese logro es el mayor de todos, pues os permite acceder  a distintas partes de la realidad que ahora mismo os son negadas, y que os dará la posibilidad  de lograr una mayor iluminación, una mayor  sabiduría,  y sobre todo, una  mayor comprensión y amor hacia aquello  que sois y hacia  aquello que  son vuestros semejantes.
  Hay que tener en cuenta igual que igual que vuestros egos os ciegan a la existencia de esos puntos de energía,  bien telúrica,  bien cósmica, bien de distintas naturalezas,  también os ciegan  a la existencia de las distintas civilizaciones  que cohabitan con vosotros.
 Hay que tener en cuenta que sólo algunos de vosotros, en un grado  espiritual de desarrollo más avanzado,  han sido capaces de desarrollar sus sentidos hasta el punto de poder captar esas presencias.  En ese sentido mucho tenéis que aprender la mayor parte de vosotros, pero estáis en el camino correcto para hacerlo,  dado  que seguís el camino que vuestra propia evolución os indica. Hay que tener en cuenta por otra parte, que las civilizaciones intraterrenas, constituidas también en torno a grandes ciudades, se ubican  en torno a los centros energéticos más importantes, constituyendo ellos un portal dimensional  y al mismo tiempo una fuente de energía y alimento.
 Esto, también heredado de la civilización atlante y lemuriana,  constituye otra forma de desarrollo social distinta a la que manteneis  vosotros actualmente. Una forma en la que los accidentes geográficos quedan relegados a un segundo plano,  para supeditar el desarrollo de la civilización en torno a la verdadera  energía,  en torno a la verdadera fuente de vida, en torno a la verdadera fuente  sabiduría, amor e iluminación.  En ese sentido muchos os queda por avanzar.
 Los siete puntos de poder,  los siete portales inter dimensionales en torno a los cuales de la civilización atlante se erigió, constituían también el motor de lo que podríamos llamar la evolución espiritual atlante.  Hay que tener en cuenta que un punto de energía siempre ejerce un área de influencia  sobre todo aquello que se desarrolla en torno a él, en ese sentido, los atlantes se beneficiaban del gran dominio de la energía que tenían, sabiendo ubicarse siempre en la forma correcta para aprovechar las posibilidades  que esos puntos de  energía les brindaban.  Hay que tener en cuenta que también es importante saber evitar aquellos puntos de energía que podían, en un momento dado, causarles algún tipo de mal. No toda la energía es positiva,  no toda la energía se suministra de la forma más correcta posible. En ese sentido hay que evitar lo que podríamos llamar un mal uso de la energía. Así como vosotros podéis comer alimentos  ingestos, que en un  momento dado os perjudiquen,  hay energías que por su naturaleza, o por aquellos actos que han sido  realizados para manipularla,  se convierten en energías negativas e insanas para los organismos que intentan digerirlas.  En ese sentido la naturaleza atlante también les servía como barrera de defensa, como precaución ante estos puntos de energía.
 Los atlantes eran capaces, sin gran esfuerzo, de moverse en las distintas dimensiones gracias a estos portales, sin embargo, en casos de extrema gravedad,  en caso de extrema necesidad,  algunos de los atlantes podían de motu proprio, sin necesidad de recurrir a puntos de energía externos,  manipular su propio campo vibratorio para moverse entre distintas dimensiones.
 Esto, que constituía una prueba de verdadera maestría y sabiduría en la civilización  atlante lo procuraban realizar de forma circunstancial y extremadamente escasa, pues el más mínimo error en la manipulación de estos campos de energía tan sutiles podían provocarles un desplazamiento vibracional no adecuado,  así como un excesivo consumo de energía propia,  lo cual les haría, en cierta forma, caer en lo que vosotros llamaríais enfermedad. La enfermedad como falta de sustento energético, vibracional  podía hacer presa también en el cuerpo, si bien gracias al conocimiento de la energía que tenía esta civilización, sólo ocurría en escasas ocasiones.

Los atlantes eran de naturaleza prudente, pero a la vez osados. Osados en el sentido de tener el suficiente coraje para empuñar la luz,  la antorcha, y guiarnos allá donde fuese preciso llevar la luz que tanto anhelaban otras civilizaciones. Ser portadores de esa luz  para permitirles avanzar  en su  desarrollo, de la mejor manera posible, siempre sin interferir en su libre albedrío. En ese sentido grandes labores fueron realizadas por los atlantes, grandes misiones de amor, paz, sabiduría, iluminación fueron llevadas a cabo por esta civilización de extrema sabiduría, extremo amor y extrema iluminación.  Es importante recalcar esto, pues es grande la gratitud que el planeta debe a la civilización atlante.  Esta civilización, culmen en muchos sentidos del desarrollo de este planeta en esta dimensión constituye un verdadero ejemplo y guía a seguir  para las civilizaciones que se desarrollan ahora,  tanto sobre la superficie  del planeta,  como en el interior de la corteza terrestre, como lo que podríamos llamar vibraciones o dimensiones aledañas,  aquellas que en un momento dado vosotros podéis detectar de forma muy circunstancial pero que en líneas generales os son  ocultas.  En ese sentido llegará un día en el que seáis capaces de detectar todo aquello que verdaderamente os rodea mediante la elevación y sublimación de vuestros sentidos físicos. Mientras tanto sin embargo en cierta forma permanecéis en parte ciegos ante aquello que verdaderamente os rodea, guiándoos por unos sentidos meramente físicos que os ciegan y os mienten pues ocultan gran parte de la realidad que en vuestro  entorno ocurre.

viernes, 24 de marzo de 2017

El Viento y la Marea

El viento y la marea.
 Esposo y mujer.
 Esencias que mutuamente se reflejan, esencias y naturalezas mutuamente interrelacionadas. Una de aparente superficialidad, otra de aparente profundidad. Todo aquello que somos tiene esas dos caras, una superficialidad aparente y una profundidad también aparente. Sólo aparentes, pues ambas están interrelacionadas y tienen componentes, características, la una de la otra. Nada hay verdaderamente superficial en lo que nosotros consideramos superficialidad. Nada hay verdaderamente profundo en lo que nosotros consideramos profundidad, si no es mediante la interrelación de ambos conceptos, si no es mediante la interrelación del yin y el yang, de los dos polos,  positivo y negativo, que nos enseñan  mediante su relación como debe recorrerse nuestro camino. Debemos recorrer nuestro camino en equilibrio, en el equilibrio que sólo nosotros tenemos derecho a decidir, en el equilibrio que sólo nosotros tenemos derecho a sentir, en el equilibrio que sólo nosotros podemos  detectar en el fluir del universo. Sólo nosotros tenemos el derecho a decidir cuál es el equilibrio en el que recorremos nuestro camino, cuál es el equilibrio entre la materialidad y la espiritualidad, entre el ego y el alma. Sólo nosotros,  sin intervención de terceros, podemos decidir de qué forma recorrer nuestro camino, como acompasar los pasos de dos pies que en principio parecen opuestos, y sin embargo se interrelacionan y necesitan mutuamente.

 Un camino que se recorre sólo con un pie es un camino en el que trastabillamos, es un camino en el que tropezamos de forma constante y recorremos sin soltura, sin alegría, sin verdadera sabiduría. En este camino ambas partes deben estar equilibradas en el punto que nosotros decidamos. Nosotros somos el eje en torno al cual se equilibra la balanza,  nosotros somos el fiel en torno al cual los platillos de la balanza deben compensarse.  En ese sentido nosotros somos verdaderos amos absolutos de nuestro camino, sólo nosotros,  sin escuchar la intervención de terceros, debemos decidir cómo recorrer nuestro camino,  qué pie y en qué forma avanzará primero, qué pie le secundará, cómo apoyarlo, cómo evitar  tropezar, cómo lograr nuestras zancadas sean uniformes, de la longitud y velocidad deseadas, pues sólo nosotros en nuestro camino tenemos derecho a decidir aquello que acontece, sólo nosotros mediante la bendición del libre albedrío, estamos en la posesión de esa capacidad completa.

miércoles, 22 de marzo de 2017

El Karma

Cuál es el verdadero significado del karma si no el aprendizaje constante? si no observar en el espejo de las consecuencias la verdadera naturaleza de nuestros actos? cuál es su verdadera esencia y naturaleza si no el comprendernos a nosotros mismos reflejados en el espejo del universo?
 El karma es eso, el karma es aprendizaje, pero también es espejo,  espejo en el que ver las consecuencias que nuestros actos han tenido, nuestras omisiones,  pues la omisión en sí también es un acto, nuestras palabras y nuestros silencios, nuestros sentimientos,  todo aquello que en un momento dado constituye el recorrer de nuestro camino, el caminar a nuestro estilo, a nuestra manera, bajo nuestra propia responsabilidad, bajo nuestro libre albedrío. El karma no es más que el espejo tendido por el universo que nos da a conocer la verdadera naturaleza y esencia de aquello que somos, en nuestros actos, en nuestras palabras, en nuestras omisiones, en nuestros sentimientos, veremos  aquellas lecciones que tenemos que aprender, aquellas sombras que hay que liberar,  y aquellos puntos en los que la luz es más fuerte.
 En ese sentido el karma tiene que vivirse sin castigos ni recompensas, sin culpabilidades ni triunfos pues todo eso es obra del ego. Tiene que vivirse  cómo lo que es, como un camino de aprendizaje, unido a nosotros eternamente. Unido en cada paso del camino, en cada sonrisa,  en cada mano tendida, pero también en cada lágrima,  en cada mano rechazada.

 En ese sentido, el karma como gran maestro nos ayuda a recorrer nuestro camino con mayor sabiduría, pero siempre sin culpabilidades ni miedos y tampoco sin regocijos en la recompensa,  pues todo eso es fruto del ego.

martes, 21 de marzo de 2017

Qué es la canalización?

Qué es la canalización sino la capacidad de reencontrarse con uno mismo? Qué es la canalización sino la capacidad de escuchar nuestra propia voz? La voz que en el día a día muchas veces se pierde en el continuo ruido del ego. La voz de nuestro auténtico yo, del que permanece, del que continúa, del que nace en la  esencia del padre madre creador y en la esencia del padre madre creador vuelve. Qué es la canalización sino la capacidad de acceder a  nuestra verdadera naturaleza y esencia?
 En la canalización nos reencontramos, volvemos a la fuente, al origen, a aquello que en un momento dado fuimos, somos y seremos, donde el tiempo y el espacio no existen como tal, no bajo la percepción que el ego tiene. En la canalización escuchamos nuestra voz y en algunos casos también escuchamos la voz de nuestros maestros, guías, hermanos, aquellos que en un momento dado se vinculan a nosotros, unidos por el amor, la sabiduría, la luz y el compromiso de servicio, a aquellos que comparten su camino con nosotros.
 El camino se recorre en soledad y en silencio, pero también, en ocasiones, recibimos las manos tendidas de aquellos que, respetando nuestro libro albedrío, nuestro camino, y el derecho innato a nuestra naturaleza, de recorrerlo en soledad y en silencio, nos ayudan desde el respeto, desde el amor, desde la sabiduría y desde la luz. Nadie recorre nuestro camino por nosotros, solo nosotros tenemos ese privilegio, ese derecho, esa responsabilidad y esa obligación. Pero también es cierto que el universo nos ayuda, nos ayuda reflejando nuestra propia sabiduría en otras voces,  voces que llegan a nosotros con mayor nitidez, en ocasiones, que la nuestra propia. Esos maestros, esos guías, esos hermanos ascendidos en la luz, son reflejo de nuestra sabiduría, recordándonos aquello que ya sabemos, recordándonos que en el universo hay muchas voces más allá de nuestro ego, recordándonos que no estamos solos en nuestro camino, aunque lo recorramos en soledad, pues las decisiones son nuestras, los pasos son nuestros y las piedras y flores del camino son sólo nuestras. Sin embargo, nadie es abandonado a su suerte, nadie es abandonado, nadie es dejado atrás.
 En ese sentido, el canalizador realiza la misión de ser  espejo de aquel al que canaliza, aquel al que envía un mensaje, aquel que escucha el mensaje. El ente canalizado como ser que se mueve en otra esfera, en otra realidad, en distintas realidades, según vuestra comprensión del ego, es una herramienta al servicio de aquel que en un momento dado es canalizado, de aquel que en un momento dado consulta, de aquel que en un momento dado pregunta al universo aquello que ya tiene la respuesta en su interior. En ese sentido nada se dice que no sepamos, simplemente se nos recuerda lo que en un momento dado ya tenemos en nuestro interior, lo que albergamos en nuestra verdadera naturaleza y  esencia.
 Los maestros realizan la labor de ajustarse al canal, realizan la labor en cierta forma, de integrar aquello que son, con aquello que es el canal, de acercar sus naturalezas, de compenetrarse hasta el punto de que el canal pueda transmitir aquello que momento dado debe ser transmitido con la mayor pureza posible. Esa es la única misión del canal, la transmisión, el no ser, el no interferir, el no tergiversar, el no añadir ni restar nada a esa información, el ser testigo fiel y mudo de aquello que ocurre, de aquello que acontece. Es misión del canal simplemente dejar que su propia naturaleza siga su camino, apartar el ego y dejar que aquello que es en esencia, responda ante el requerimiento del universo.
 Es misión de la voz que trasciende al canal, informar de todo aquello que necesita ser informado al consultante, al canalizado, pues canalizado es en realidad aquel que escucha, no aquella voz que es prestada como fuente de sabiduría. En muchas ocasiones vosotros llamáis ente canalizado al maestro, al guía, al espíritu o ente espiritual, que en un momento dado hace su aparición como maestro, como voz que refleja la sabiduría del propio oyente. Para nosotros, el ente canalizado es siempre el oyente, el consultante,  aquel que en un momento dado recurre a una herramienta que es espejo suyo para reflejar su propia sabiduría.
Es en ese sentido, una concepción distinta a la de vuestro ego, sin embargo independientemente de estas palabras, independientemente de estos conceptos, la realidad es la misma, sólo somos, como maestros, como guías, como hermanos ascendidos, un reflejo de aquello que en un momento dado ya poseéis, no es nuestra misión alterar vuestro camino,  no es nuestra misión tenderos manos que os alejen de él. Es nuestra misión, simple y llanamente, recordaros cuál es vuestro verdadero camino, cuál es el camino que vuestros pies decidieron caminar, las experiencias que decidieron vivir y las lecciones de aprendizaje que decidieron adquirir, pues es la evolución la meta última de todo camino, y en esa evolución somos herramientas, nada más, no somos un objetivo, no somos aquello que importa, sólo somos un accesorio que en determinado momento os sirve para recordaros vuestro propio camino.
 No busquéis en nosotros alguien que os exima de la responsabilidad de andar el camino, no busquéis en  nosotros alguien que os exima de las consecuencias que vuestros propios actos, palabras y omisiones tienen. Sólo somos consejeros, sólo recordamos aquello que ya sabéis.
 Enfocad vuestra vida desde el punto de vista de la responsabilidad, el amor infinito y la sabiduría, y desde ese punto de vista recorred vuestro propio camino, con sus piedras, con sus flores, con sus valles,  con sus montañas y con sus distintos paisajes, y nosotros estaremos siempre tendiendo nuestra mano para ayudaros en el camino, pero nunca para apartaros de él, ni para recorrerlo en vuestro lugar. Tened en cuenta que es vuestro compromiso, vuestro derecho, vuestra obligación, vuestra responsabilidad y vuestro privilegio sobre todo, recorrer vuestro propio camino, vivir vuestras experiencias de sabiduría, crecer, llenaros de luz en vuestra evolución.
 Es vuestro camino, no el nuestro.
 Nosotros como consejeros sólo somos el cayado del ermitaño, sólo somos esa linterna que en un momento dado alumbra el camino que parece oscuro,  un camino, sin embargo, que vuestros ojos son capaces de ver por sí mismos. Pero mientras vuestros ojos recuerdan esa característica que tienen, esa peculiar capacidad,  pueden recurrir a una linterna, a un cayado que afiance sus pasos, a instrumentos que os ayuden a caminar.
En ese sentido os servimos, en ese sentido nada más, estamos a vuestra disposición.

 Es nuestro trabajo también compaginar nuestra naturaleza con la naturaleza del canal, y eso es lo que hacemos, preparamos al canal durante distintas vidas, en sucesivas reencarnaciones, llegamos a él en sueños, en momentos de ensoñación, en lo que vosotros llamaríais despistes, para permitir que los hemisferios cerebrales se acoplen de distinta manera, para permitir que su naturaleza y esencia brote  más allá del cuerpo y la sangre, del músculo y la carne, más allá del corazón que bombea, para permitir que pueda escuchar aquello que está en su interior, para permitir que pueda sintonizar en cierta forma, la vibración en la que los maestros, guías ascendidos, o hermanos en la luz , nos movemos en un momento dado.
 Este trabajo de compaginar ambas naturalezas y esencias, la nuestra y la del canal, es en cierta forma el trabajo de acople de un eje y la maquinaria, somos como un reloj, nosotros somos la maquinaria, él el eje  y vosotros veréis moverse las agujas, aunque no comprendáis de todo el mecanismo que oculta el reloj. En ese sentido el eje tiene que ser puro, tiene que transmitir sin interferir aquella información que es dada, tiene que transmitir sin interferir, sin quitar y sin añadir, aquello que en un momento dado el universo os regala, pues es un regalo que el universo os hace y es un regalo que vosotros os hacéis a vosotros mismos.  La sabiduría siempre,  siempre es en cierta forma un regalo, un regalo aunque se paga, se paga en valor, se paga en sacrificio, se paga también en momentos en los que nuestra propia naturaleza y esencia aflora, apartando el ego, en esos momentos el ego se rebela, el ego que no entiende pero sin embargo tiene una gran capacidad, un gran deseo, y una gran necesidad para el control, el control férreo, el control que ahoga, que anula los instintos, el control que anula aquello en realidad somos, que intenta taponar la fuente de sabiduría de nuestra verdadera naturaleza y esencia. El ego en el control encuentra calma, pues cree que el control le aleja de aquello que le provoca miedo, que le provoca incertidumbre, que le provoca inseguridad, no  entiende que no existe el control, no entiende que debemos dejar fluir,  no entiende que sólo unas manos son capaces de guiarnos a buen puerto, y esas manos son las nuestras, pero no las nuestras de nuestro ego, sino las nuestras de nuestra verdadera naturaleza y esencia, aquella que fluye con el fluir del universo,  aquella que se mueve entre las sombras y las luces de nuestro camino, aquella que aflora para guiarnos por nuestro verdadero camino, alejándonos de los deseos y caprichos que en un momento dado el ego tiende a nuestros pies, para que caminemos sobre lo que parece una alfombra, suave, cómoda y que en realidad esconde la más ponzoñosa de las trampas, el más artero de los engaños y ardides. Es, en ese sentido, el camino del ego un camino lleno de trampas, es un camino que tiende la oscuridad donde debería haber luz. Sea pues la luz que nosotros arrojamos una forma de descubrir esas trampas del ego, sea pues la luz que vosotros mismos os dais a través de nosotros, una forma de descubrir los ardides, las trampas, los engaños, que el ego tiende en vuestro camino, intentando hacer que vuestro camino verdadero se distorsione y os aleje de aquel que era el camino, mediante las trampas y ardides que el ego tiende.

La Espada de Azrael

                                                       
Azrael empuñó su espada, la Liberadora.
La hoja estaba forjada en acero, en los fuegos de su voluntad. La empuñadura era de oro puro y reflejaba la sabiduría del Arcángel. Grabadas sobre su hoja tres palabras había, libertad, redención, justicia.
Esas tres palabras que dirigían el camino de Azrael
Con la liberadora él rompería las cadenas de hierro y plomo que nos atan a esta dimensión.
Con la Liberadora él desafiaría a los ángeles y arcángeles de la oscuridad para guiar las almas de vuelta a su lugar de origen, de vuelta al creador.
Con la Liberadora él extendería sus alas y traería la oscuridad absoluta, dónde sólo la luz más pura refulge, para que sirva de faro a las almas perdidas y nada las distraiga de su auténtico camino. En esa oscuridad acogedora, liberadora, pues nos libera de los artificios de las falsas luces tendidas por el enemigo el arcángel nos guía, nos lleva siempre respetando nuestro libre albedrío, a la más pura de las luces, hacia aquella que no desvirtúe nuestro camino, hacia aquella que respeta nuestra esencia y naturaleza, aquella que nos permite evolucionar en el camino correcto, donde nuestra sabiduría y nuestro coraje son pesados en la balanza de la verdad.

martes, 7 de marzo de 2017

El Ángel de la Guarda

¿Cómo olvidar al mejor compañero, al más fiel aliado, al más sabio de los maestros? ¿Cómo olvidar a aquel que se levanta de la cama por la mañana con nosotros y por la noche se acuesta a nuestro lado? ¿Cómo olvidar a nuestro centinela, a nuestro amigo, al viento que impulsa nuestras alas y la  mano que acaricia nuestro timón? Al ancla que se arroja y nos ancla en las calas, mecidos por las olas y, todo ello, sin imponer nada, todo ello, con el máximo respeto a nuestro libre albedrío.
Todo ello, ayudándonos como guía, como amigo, como maestro, como mentor,  en la búsqueda de nuestro verdadero camino. El ángel de la guarda, que nos es asignado con pleno consentimiento nuestro antes de encarnar, y nos acompaña más allá del tránsito en lo que nosotros llamamos muerte, es sin lugar a dudas uno de nuestros mayores aliados en nuestro camino, en nuestro verdadero camino, en el camino de la creación de nuestra alma. El ángel de la guarda cumple distintas funciones: es nuestro guía, nuestro protector. Protector, a veces, frente a lo que podíamos llamar entes del bajo astral, aquellos que según las tradiciones son demonios, diablos, parásitos energéticos, o simplemente, ante todo aquello que en cierta forma nos agrede o nos ataca. También es defensa nuestra. Defensa frente a los que, encarnados como  nosotros, en un momento dado puedan interponerse en nuestro verdadero camino, pero siempre con el máximo respeto al libre albedrío. También es nuestro guía y nuestro aliado en aquellos momentos en los que la vida sin darnos apenas cuenta, nos tiende una mano. Allí está nuestro ángel de la guarda. En los pequeños detalles, en las ayudas cotidianas, en esas pequeñas casualidades sin sentido aparente, que nos encaminan en la dirección correcta, en ese pequeño viento que nos empuja, en ese pequeño rayo de sol que nos alumbra.  
Allí está nuestro ángel de la guarda. En ese hueco que encontramos para aparcar o en la sonrisa de un niño que nos alegra el día. Ahí está nuestro ángel de la guarda. En los pequeños detalles que hacen que el día más duro sea soportable, ahí está nuestro ángel de la guarda. En el desvío del camino, esa voz que retumba dentro de nosotros como si fuera nuestra conciencia pero ligeramente distinta. Ahí está nuestro ángel de la guarda. Llevándonos siempre con nuestro, permiso de forma suave y sutil hacia nuestro verdadero camino, protegiéndonos de aquello que algunos llaman envidia, celos, ira u odio, distintos pecados para una misma energía negativa.
Ahí está nuestro ángel de la guarda, reforzandonos en las cortas decisiones para seguir nuestro auténtico camino. Ahí está nuestro ángel de la guarda. Siendo nuestro centinela nocturno y nuestro guía diurno, acompañándonos cuando nuestra alma sale de nuestro cuerpo físico y emprende su viaje astral. Ahí está nuestro ángel de la guarda. Muchas veces ignorado, siempre presente. Ahí está nuestro ángel de la guarda. Guiándonos en el mundo onírico, en el mundo de los sueños, permitiéndonos realizar aquellas misiones que nos han sido encomendadas, ayudándonos a llegar a aquellos sitios, si es que la palabra sitio tiene algún sentido en este mundo, donde nuestra alma quiere ir,  guiándonos como una brújula, escudándonos frente a los distintos ataques que el día a día hace presentes, sonriéndonos, ayudándonos y  también, por qué no decirlo, evitando a veces que nuestras propias decisiones tengan demasiada severidad en sus repercusiones, siendo la mano suave que enseña, la mano suave que nos es tendida, pero nunca la mano suave que nos aleja de nuestro propio camino, pues siempre es máximo el respeto que el ángel de la guarda tiene hacia nuestras decisiones y nuestro libre albedrío, lo cual no es óbice, no es problema, para que sea siempre una mano amiga que nos ayuda a seguir en nuestro propio camino.
 Hay que diferenciar, pues es muy importante, la ayuda sutil que nos ayuda a seguir nuestro propio camino, de la influencia hostil que nos aparta de él. Esa es la primera lección que todo ángel de la guarda conoce, y a esa lección dedica el máximo de sus respetos, pues un ángel de la guarda siempre tiene encomendada la guía y la ayuda en, nuestro verdadero camino. Nunca la de alejarnos de él. Nunca, bajo ningún concepto, viola nuestro libre albedrío aún cuando conculque la decisión de seguir un determinado camino alejándonos de él. Incluso en ese caso, nuestro libre albedrío prevalece.
 Sí que es  cierto, sin embargo, que el ángel de la guarda puede, en cierta forma, recordarnos cuál es nuestro verdadero camino, aquel camino del  que en un momento dado nuestro ego nos aleja. En ese sentido, muchos son los ardides que tiene un ángel de la guarda para actuar de forma que nosotros consideramos indirecta, a veces casual, muchas veces sin darnos  cuenta, pero siempre está presente. En la mano amiga, en el grito de advertencia que no sabemos de dónde procede pero evita un accidente, o en ese ligero toque que nos hace volver a prestar atención al volante cuando nos habíamos despistado, o en la voz que  retumba dentro nuestro para recordarnos algo que habíamos olvidado.
 Ahí está presente nuestro ángel de la guarda. Una voz que a veces confundimos con la conciencia, una voz cuyo origen a veces desconocemos, una voz que aunque está presente en religiones y tradiciones esotéricas, no se le da la verdadera importancia que tiene. A veces menospreciamos y subestimamos el verdadero papel de nuestro mejor amigo, de nuestro más fiel aliado, de nuestro mejor acompañante, de un auténtico maestro, sin embargo en cierta forma tímido, pues pocas veces se hace presente de forma notoria. Modesto, pues no se hace valer en todo lo que sabe y en todo lo que vale.
Humilde, pues no se enorgullece de la gran misión que desempeña a lo largo de, no sólo nuestra vida, no sólo a  lo largo de nuestras sucesivas vidas, si no todo el continuo desarrollo de nuestra alma. Sabio, pues distingue aquello que nos conviene y en la práctica lo pone. Un gran maestro, un gran amigo, un gran aliado. El mejor de ellos en muchas ocasiones. Un ángel de la guarda es una bendición, una ayuda inestimable que Padre y Madre creadores puso a nuestra disposición, con un amor incondicional, con una lealtad infinita, siempre dispuesto a ayudarnos en nuestro camino.
El ángel de la guarda, que emprende el camino físico junto a nosotros, él en forma etérea, pero  siempre junto a nosotros en nuestro camino físico, antes de él incluso, después de él incluso, nos acompaña de forma constante. Nunca se aparta de nuestro lado. Es verdad que para no conculcar la libertad que tenemos, el libre albedrío, a veces omite una acción o una palabra, pero sabe que lo hace por amor, por sabiduría, por permitirnos experimentar aquello que debe ser experimentado. Y sin embargo tiene también la suficiente sabiduría para saber cuándo debe interponer su mano, de forma suave, sin forzar nuestro camino, simplemente con una caricia que guía el timón de nuestro barco en la dirección correcta, alejándonos de los peligrosos acantilados o de los insondables peligros que a veces la vida oculta. La vida es como el océano, , procelosa, profunda, a veces parece tranquila y esconde grandes corrientes, otras veces se alborota y se convierte en  una tempestad, en un maremoto de proporciones inimaginables.
Siempre a nuestro lado está este fiel timonel, o más bien, esta sombra que siempre permanece al lado nuestro y que de forma discreta nos ayuda guiándonos con su luz, con su sabiduría y también, muchas veces con una simple sonrisa, pues la sonrisa es muchas veces la mejor de las guías, la sonrisa en la cara de un  niño, la sonrisa tierna en la cara de la madre, la sonrisa amorosa en la cara del padre. Todo eso y mucho más es un reflejo de nuestro ángel de la guarda, que nos indica con leves señales, con pequeños giros del destino, cuál es nuestro mejor camino, el camino elegido, el camino correcto, el camino que deberíamos seguir y del cual nuestro ego a veces nos aparta.
 Gracias ángel de la guarda por todo aquello que derramas sobre nosotros, por tanta sabiduría bondad y amor, por tanto coraje, por tanta alegría, y por todos y cada uno de los actos y omisiones que realizaste a nuestro favor. Gracias por ellos y perdona que a  veces seamos tan inconscientes de tu trabajo.
 Sin  embargo en tu humildad, en tu amor, en tu sabiduría, encontramos nuestro regocijo.
 Gracias, ángel de la guarda, gracias por tu compañía.