martes, 5 de septiembre de 2017

Un verdadero Maestro

Un verdadero maestro no enseña.
Un verdadero maestro permite que su discípulo aprenda, facilita su aprendizaje, le guía, le orienta, pero no le fuerza, no le controla ni le manipula para que recorra un camino en concreto.
Un verdadero maestro demuestra al discípulo que se puede recorrer un camino, sin embargo, deja que sea el propio discípulo el que descubra cómo, pues los pasos son distintos en cada caso, los pasos que sirvieron al maestro de nada sirven al discípulo. Los pies del maestro son distintos a los pies el discípulo.

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