Qué sentido
tiene el camino?
Siempre nos
preguntamos cuál es la meta última, nuestro destino, qué gran objetivo o misión
hemos traído en esta encarnación.
Esas
preguntas sin embargo, no se formulan de la forma más adecuada, siempre se
formulan buscando un sentido para nuestra vida, buscando un sentido para
nuestro camino, pero en la búsqueda de ese sentido nos olvidamos de lo más
importante del camino, la atención a los pequeños detalles, la atención a cada
inhalación y cada exhalación, la atención a cada momento vivido en plena forma,
de forma consciente, de forma coherente con nosotros, con aquello que somos.
Cada paso
del camino debe ser un paso consciente, debe ser un paso coherente con nuestra
naturaleza y esencia, debe ser un paso
que refleje aquello que somos en un momento dado. Debemos apartar, si no olvidar
la búsqueda de ese mítico fin, de ese mítico objetivo, de esa mítica misión de
vida y centrarnos en el presente, en lo que somos ahora, en lo que somos en un
momento dado, y en los anhelos y esperanzas que nuestra alma nos transmite, pues son verdadera guía de aquello que podemos
llegar a ser. No debemos de olvidar que la ceguera de la meta, la ceguera de
esa gran misión, de ese gran objetivo que nos vincula de forma constante toda
la vida, muchas veces es una trampa del ego, tendida simple y llanamente para despistarnos, para que descuidemos en un
momento dado cada paso del camino, cada inhalación y cada exhalación.
Es cierto
que todos de alguna forma, tenemos una misión predominante en la vida, pero es
cierto también que esa misión se revela cuando
es el momento oportuno, no antes. Si esa misión constituye una forma de pasión,
o de distracción incluso de cada paso
que doy en el camino, de cada inhalación y cada exhalación, de cada minuto y
cada segundo que recorro el camino de la forma más adecuada posible, si eso es
para nosotros esa meta, ese fin, ese gran objetivo, no constituye una ayuda si no mas bien un
entorpecimiento, una prueba que superar, y por tanto una muestra de las sombras
que en un momento dado albergamos en nuestro interior. Debemos renunciar a una
búsqueda que no tiene sentido más allá de las carencias del propio ego, debemos
centrarnos en el minuto vivido, debemos centrarnos en el minuto que vivo, en el
camino que recorro, en cada paso, en
cada sombra y en cada luz que encuentro en mi camino, y esa gran misión, ese
gran objetivo nos será revelado sólo si debe sernos revelado, sólo si es el
momento más adecuado, pero, cuando nos venga revelado, cuando por fin
entendamos esa gran misión veremos que no es tan importante, veremos que lo
importante es cada paso del camino, cada inhalación y cada exhalación, cada
momento que vivo, cada momento vivido, cada sombra y cada luz que encuentro en
el camino, y la meta al fin y al cabo,
es sólo una parte del camino, nada más.
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