jueves, 16 de febrero de 2017

La Meta última.

Qué sentido tiene el camino?
Siempre nos preguntamos cuál es la meta última, nuestro destino, qué gran objetivo o misión hemos traído en esta encarnación.
Esas preguntas sin embargo, no se formulan de la forma más adecuada, siempre se formulan buscando un sentido para nuestra vida, buscando un sentido para nuestro camino, pero en la búsqueda de ese sentido nos olvidamos de lo más importante del camino, la atención a los pequeños detalles, la atención a cada inhalación y cada exhalación, la atención a cada momento vivido en plena forma, de forma consciente, de forma coherente con nosotros, con aquello que somos.
Cada paso del camino debe ser un paso consciente, debe ser un paso coherente con nuestra naturaleza  y esencia, debe ser un paso que refleje aquello que somos en un momento dado. Debemos apartar,  si no olvidar la búsqueda de ese mítico fin, de ese mítico objetivo, de esa mítica misión de vida y centrarnos en el presente, en lo que somos ahora, en lo que somos en un momento dado, y en los anhelos y esperanzas que nuestra alma nos transmite,  pues son verdadera guía de aquello que podemos llegar a ser. No debemos de olvidar que la ceguera de la meta, la ceguera de esa gran misión, de ese gran objetivo que nos vincula de forma constante toda la vida, muchas veces es una trampa del ego, tendida simple y llanamente para  despistarnos, para que descuidemos en un momento dado cada paso del camino, cada inhalación y cada exhalación.

Es cierto que todos de alguna forma, tenemos una misión predominante en la vida, pero es cierto también que esa misión se revela cuando  es el momento oportuno, no antes. Si esa misión constituye una forma de pasión,  o de distracción incluso de cada paso que doy en el camino, de cada inhalación y cada exhalación, de cada minuto y cada segundo que recorro el camino de la forma más adecuada posible, si eso es para nosotros esa meta, ese fin, ese gran objetivo,  no constituye una ayuda si no mas bien un entorpecimiento, una prueba que superar, y por tanto una muestra de las sombras que en un momento dado albergamos en nuestro interior. Debemos renunciar a una búsqueda que no tiene sentido más allá de las carencias del propio ego, debemos centrarnos en el minuto vivido, debemos centrarnos en el minuto que vivo, en el camino  que recorro, en cada paso, en cada sombra y en cada luz que encuentro en mi camino, y esa gran misión, ese gran objetivo nos será revelado sólo si debe sernos revelado, sólo si es el momento más adecuado, pero, cuando nos venga revelado, cuando por fin entendamos esa gran misión veremos que no es tan importante, veremos que lo importante es cada paso del camino, cada inhalación y cada exhalación, cada momento que vivo, cada momento vivido, cada sombra y cada luz que encuentro en el camino, y la meta al fin y al  cabo, es sólo una parte del camino, nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario